
habitual en su vida.
He aquí algunas formas de ayudar a crear un estilo de vida activo y saludable para los niños.
El aspecto físico de un niño no siempre es un indicador real de lo que sucede en el interior de su cuerpo. Ellos pueden lucir delgados pero tener un porcentaje alto de grasa corporal interna, por lo que su aspecto físico no es un indicador efectivo. Aunque el peso no sea un problema para tu hijo, no deberías permitirle consumir toneladas de comida chatarra y estar de brazos cruzados todo el día. Es importante comprender que los niños necesitan tener actividad física habitual en su vida.
La Asociación Americana del Corazón establece que un aumento de actividad física en los niños puede disminuir el riesgo de que desarrollen alguna enfermedad cardiovascular más adelante en su vida. Sólo esta razón debería ser suficiente para inspirarte a ayudar a que tu hijo se levante del sofá y se ponga en movimiento. Así que aquí están algunas razones más de por qué la actividad física es saludable para los niños:
La actividad física puede ayudar a que los niños:
- Controlen su peso y su composición corporal
- Reduzcan la presión arterial
- Reduzcan el riesgo de padecer diabetes tipo 2
- Mejoren su bienestar psicológico
- Mejoren su autoconfianza
- Mejoren su autoestima
Los beneficios maravillosos para la salud asociados con la actividad física habitual podrían ser lo que te motive a convencer a tu hijo a ponerse en movimiento. Créeme, como madre de cuatro niños pequeños, comprendo que a tu hijo pequeño terco o a tu hijo adolescente gruñón no les importe su salud a largo plazo y que prefieren comer papas fritas y jugar videojuegos. Así que aquí tienes una lista de cinco maneras para motivar a un niño inactivo a que se ponga en movimiento:
Busca cuáles son sus intereses
Intentar diversas actividades hasta que algo funcione es una manera estupenda para crear hábitos para toda la vida. No hagas un escándalo por la experiencia, simplemente di, “Pensé que hoy podríamos intentar X para divertirnos”. Asegúrate de que sea una actividad que ponga a todos en movimiento y observa si piden volver a hacerla.
Pon la tecnología de tu lado
Un sencillo podómetro pude crear un reto que no sólo quema calorías, sino que genera mucha conversación e interacción divertida. Esto es perfecto para los preadolescentes (a mis hijos les encanta competir para ver quién logra la mayor cantidad), pero también he visto que este sencillo método de registrar el movimiento diario puede ser efectivo para los adolescentes y los adultos.
Da recompensas reales
Utiliza tu creatividad con un sistema de recompensas diarias que reconozca las decisiones saludables. Escoge un regalo o un paseo familiar que sabes que motivará a tu hijo a que mantenga las actividades a largo plazo.
Pon el ejemplo
Sé un buen ejemplo y ponte en movimiento con tu familia. A los niños les encanta imitar a sus padres, así que dales un buen ejemplo haciendo de tu salud una prioridad.
No uses el ejercicio como castigo
Haz que el ejercicio y la actividad sean una experiencia positiva para todos los que participen. Usar el ejercicio como una forma de castigo o de mandar afuera a tus hijos cuando hace frío para que ‘se pongan activos’ podría generar una asociación negativa con el ejercicio que durará hasta la edad adulta.
Los niños pasan por muchos periodos de crecimiento, especialmente cuando se acercan a la adolescencia. Tenemos que estar conscientes que sus necesidades están en constante cambio y buscar maneras de motivarlos e inspirarlos para que estén sanos y activos. La dieta y los ajustes en el estilo de vida de un niño deben ser graduales a lo largo de un período prolongado para que puedan lograr el éxito.