
La alimentación “pura” está de moda, pero a lo mejor lo que necesitas es solamente organizar tu dieta.
Hoy en día, la frase “alimentación pura” es muy popular, pero el concepto no lo es.
En general, alimentación pura significa comer alimentos que estén lo más cercano a su estado natural -esto significa que han sido mínimamente procesados- y eliminar todo lo que “desordena” nuestra dieta en forma de grasas añadidas, azúcares, sal y aditivos innecesarios. Cocinar alimentos en casa y buscar alternativas frescas, ingredientes locales es a menudo parte del plan. En general, la alimentación pura tiene como propósito crear más conciencia sobre lo que estamos ingiriendo.
Es un concepto maravilloso, pero no te dejes llevar. Claro, nadie puede discutir que los alimentos enteros, sin procesar, sin empaque o etiquetas son una opción saludable. Pero crear una dieta diaria exclusivamente con estos alimentos puede ser intimidante para aquellos que simplemente quieren comer algo al final de su día de trabajo. Aparte, existen muchos alimentos enteros, sin procesar, saludables y hasta “puros” que vienen en paquetes: las verduras y frutas congeladas, el atún, el salmón o los frijoles en lata, el arroz integral y las pastas de granos enteros, por nombrar algunos.
Algunas personas deciden llevar este concepto de “alimentación pura” más allá, y deciden empezar su régimen ayunando.. Algunos dicen que sienten que le están dando al cuerpo un comienzo fresco, algo como limpiar tu closet o cambiarle el aceite al carro. Ayunar por algunos días probablemente no te hará daño, siempre y cuando seas una persona saludable y te mantengas bien hidratado.
Pero ten en cuenta que nuestros cuerpos se purifican y se deshacen de las toxinas de forma natural todos los días. Eliminamos y neutralizamos no solamente por medio del sistema digestivo, pero también por medio del hígado, los riñones, los pulmones y la piel. Siempre y cuando cuides de tu cuerpo y lo alimentes saludablemente, él cuidará de ti.
Entonces, si ya consumes suficientes frutas y verduras (aunque hayan sido congeladas), granos enteros (aunque vengan en bolsas plásticas), y proteína magra (aunque venga de una lata), puede que tu dieta sea bastante pura ya. Y aunque no comas de esta forma, puede que no necesites una “limpieza profunda”, sino simplemente necesites “organizar” tu dieta.
Cómo organizar tu dieta
- Lee las etiquetas para ayudarte a deshacerte de azúcares, sal y grasa añadidas. Lo has escuchado antes, pero por lo general es verdad, mientras más corta sea la lista de ingredientes, menos aditivos no deseados y más productos puros contiene. Revisa las etiquetas para revisar los azúcares, las grasas y sal añadida y haz todo lo posible para escoger productos que contengan estos ingredientes en una cantidad mínima. Por ejemplo, escoge yogur natural en vez de yogur endulzado, escoge verduras congeladas en vez de aquellas que vienen con salsa, busca cereales de grano entero y cereales con poca o cero azúcar agregada.
- Olvídate de los almidones refinados y aumenta tu consumo de frutas y verduras. Esto suena muy fácil, pero es una de las mejores cosas que puedes hacer para mejorar tu dieta. Cuando incluyes una fruta o verdura en cada comida, pone a un lado muchos alimentos no deseados y otros ingredientes que podrías consumir de otra forma. Cambia los helados dulces y llenos de grasa por una taza de bayas, una ensalada pequeña con tu sándwich en vez de papas fritas, o consume zanahorias pequeñas en vez de chips.
- Elimina las calorías de tus bebidas. Cuando se trata de calorías añadidas, las bebidas son para muchas personas su fuente débil. Entre gaseosas azucaradas, jugos de frutas (sí, hasta los jugos frescos, orgánicos), las bebidas alcohólicas y las bebidas elaboradas a base de café, no es difícil consumir cientos de calorías al día solamente en bebidas. El té natural es una alternativa maravillosa, porque se puede tomar frio o caliente, no tiene calorías, y tiene compuestos naturales que también pueden tener beneficios para la salud.
- Elimina todo lo innecesario de tu refrigerador, congelador y alacena. Una limpieza de “primavera” de la cocina puede ayudarte a limpiar tu dieta. Llena tu alacena con granos enteros (como por ejemplo pastas integrales, pan integral, cereales y harina integral, así como alimentos como la quínoa, el mijo y el arroz integral) en vez de alimentos preparados con harina refinada. Compra suficientes frijoles y tomates en lata en vez de salsas para pastas preparadas o sopas que sean altas en sal. Llena tu refrigerador y congelador con frutas y verduras naturales, en vez de siropes azucarados y salsas que contengan mucha sal y grasa. También, mantén algunas latas de atún o salmón en la alacena, o filetes de pescado congelado o pechugas de pollo en el congelador para una comida rápida y saludable (pura), en vez de bocadillos congelados de pollo empanizado o palitos de pescado apanados.