
Aumentar de peso durante las fiestas de fin de año puede considerarse como algo “obvio”.
Cuando te enfrentas a una temporada que dura cerca de un mes en donde las fiestas, las reuniones familiares y las comidas típicas de estas fechas no terminan, es fácil pensar, ¿quién no aumenta unas cuantas libras?
Aumentar de peso durante las fiestas de fin de año no tiene que ocurrir, pero muchas personas asumen que así será. Y pensar de esa forma podría provocar muchos problemas. Si estás convencido de que aumentar de peso durante esta temporada es inevitable, probablemente no harás mucho para evitarlo.
¿Por qué es tan fácil aumentar de peso durante las fiestas de fin de año?
Míralo de esta manera: en tu vida diaria probablemente puedes nombrar una o dos situaciones que sabes que te llevarán a comer en exceso. Tal vez comes demasiado cuando estás estresado o durante los fines de semana. Cuando solo tienes uno o dos factores desencadenantes qué controlar, probablemente puedes hacerlo bastante bien la mayor parte del año.
Pero cuando llega la temporada de fin de año, no solo tienes uno o dos motivos que provocan que comas de más. De hecho, si enumeráramos estos motivos (y justo eso haré), parecería que es imposible evadirlos, y así ocurre por semanas. Si lo vemos de esta manera, es sorprendente que no aumentemos más libras durante esta temporada.
12 motivos por los que comemos en exceso durante las fiestas de fin de año
- Comidas más largas. Las comidas de las fiestas de fin de año tienden a ser más relajadas. Disfrutamos sentarnos alrededor de la mesa, sin prisa. Pero mientras más tiempo pases en la mesa, más probabilidades tienes de comer. Sin pensar, te sirves otra cucharada de papas o una segunda rebanada de pastel. Para indicar que terminaste de comer, lleva tu plato a la cocina o saborea una menta.
- Comer con otras personas. Cuando comes con otras personas, las comidas tienden a ser más largas. Puede que te dejes influenciar por el tamaño de las porciones de las otras personas. Ser la primera persona en servirse a veces tiene sus beneficios: puedes servirte una porción razonable sin dejarte influenciar por la cantidad de comida que otras personas ponen en su plato.
- Consumo de alcohol. Una o dos bebidas alcohólicas pueden hacerte perder tus inhibiciones, provocando, a menudo, la actitud de “¡qué importa, son las fiestas de fin de año!” Tu mejor defensa en esta situación es limitar la cantidad de bebidas alcohólicas que planeas consumir y apegarte a esta cantidad, alternando las bebidas alcohólicas con bebidas sin calorías.
- Variedad de comidas. Mientras más variedad de alimentos tengas en tu plato, más probabilidades tienes de comer. Esto se debe a que le toma más tiempo a tus papilas gustativas aburrirse, y cuando cada bocado es diferente, solo quieres seguir comiendo. Para controlar esta situación, puedes limitar la cantidad de opciones que vas a consumir o, si vas a comer una variedad de alimentos, mantén tus porciones muy pequeñas.
- Presión de familiares y amigos. En ninguna época del año la presión es más intensa que en la temporada de fin de año. Los familiares se amanecen preparando platos especiales de esta temporada y corres el riesgo de insultarlos si no comes (o si no repites). Puedes renunciar a comer demasiado simplemente probando una porción pequeña, o diciendo: “Sé que me encantaría este plato, pero lo disfrutaría mucho más si no estuviese tan lleno. Tal vez más tarde”.
- Actividades fuera de la rutina habitual. Uno de los motivos por el que las personas comen en exceso los fines de semana es porque están fuera de su rutina habitual, y la temporada de fin de año se asemeja a un fin de semana de por lo menos un mes. Aunque tengas que ir a fiestas y a reuniones, es poco probable que todas tus comidas se vean afectadas. Entonces, sigue tu rutina de alimentación habitual cuando no estés en un evento y también comprométete a seguir con tu rutina de ejercicio.
- Comer fuera de casa. Tendemos a consumir más calorías cuando comemos fuera de casa porque es más difícil controlar los tamaños de las porciones o los ingredientes. Las comidas de las fiestas de fin de año usualmente incluyen porciones grandes de alimentos altos en calorías, por lo que necesitas una estrategia. Haz un esfuerzo por consumir pequeñas porciones de los alimentos altos en calorías e intenta consumir más alimentos que no comprometan tu ingesta de calorías, como vegetales y ensaladas verdes. Resiste la tentación de llenar tu plato y utiliza platos pequeños para ayudarte a controlar el tamaño de las porciones.
- Estrés. La temporada de fiestas de fin de año es divertida, pero también es estresante. Si el estrés es uno de tus causantes de comer en exceso, necesitarás encontrar otras formas de tranquilizarte. Dedícate un tiempo, evita comprometerte demasiado y asegúrate de apartar tiempo para la mejor medicina contra el estrés: hacer ejercicio. En vez de recurrir a la comida cuando te sientes estresado, toma una taza de té, llama a un amigo, sal a caminar o medita durante unos minutos.
- Comidas estilo familiar. Cuando los alimentos se colocan sobre la mesa para que cada persona se sirva su plato, como suele ser durante estas fiestas, es un llamado a comer de más. Servirse una segunda vez (y hasta una tercera) puede ocurrir sin darnos cuenta. Coloca los alimentos tentadores al extremo opuesto de la mesa para que no estén a tu alcance.
- Servirse de un recipiente grande. De acuerdo con investigaciones sobre la psicología del comportamiento, nos servimos más alimentos de un recipiente grande que de uno pequeño. Los recipientes que se utilizan durante estas fiestas a menudo son enormes y la cantidad de alimentos es tanta, que por más que te sirvas, parece nunca acabar. Ten presente el tamaño de las porciones que debes comer y haz todo lo posible para mantenerlas.
- Comer en bufets. Los bufets pueden considerarse “la tormenta perfecta” a la hora de comer en exceso: tienen mucha variedad, las porciones son gigantes, puedes regresar cuantas veces quieras y no tienes idea de cómo se prepararon la mayoría de los platos. Antes de servirte, visita la línea del buffet y decide qué vas a comer. Llena tu plato con la mayor cantidad de alimentos bajos en calorías y una cantidad muy pequeña de alimentos altos en calorías. Si puedes, siéntate de espalda al buffet. Ojos que no ven, corazón que no siente.
- Estar expuesto a comidas frecuentemente. ¿Alguna vez has notado que en las vacaciones de fin de año hay comida donde quiera que vayas? Desde golosinas en la sala de descanso del trabajo, bastones de caramelo en los bancos y canastas de regalos que llegan inesperadamente a tu puerta, estás expuesto a muchas más tentaciones durante esta época que en otras fechas. Si bien es difícil hacerles frente a estas golosinas, puedes cambiar la forma en que respondes cuando las ves. En vez de dejar que tus impulsos tomen el control, detente y pregúntate: ¿estaba en mis planes comer esto? Si no lo tenías en tus planes, es simplemente un antojo, o normalmente no buscarías comerlo, probablemente no deberías.